Hasta hace no más de 6 meses las empresas agrarias de la Región de Murcia creábamos empleo donde otros sectores lo destruían, exportábamos a países y mercados de donde otros huían, generábamos riqueza y bienestar para los pueblos y familias de esta Región como siempre lo hemos hecho, silenciosamente, pero sin pausa. Desde entonces es claro que la crisis económica ha llegado de forma abrupta al sector más exportador de nuestra economía y, ante la pasividad de nuestras autoridades, amenaza con arruinar a miles de agricultores, familias y empresas.
Si quiere el lector saber qué causas nos han llevado a la situación actual le citaré algunas: el débil consumo de los hogares europeos, las prácticas abusivas –y no perseguidas- de la distribución internacional en la fijación de precios, la depreciación de la libra inglesa, la dificultad para acceder a la financiación de operaciones e inversiones, los desequilibrios producidos por los acuerdos comerciales de la UE con otros países, la deficiente ordenación de la oferta en origen, pero sobre todo, la ausencia de una política clara de defensa del sector agrario en Madrid y en Bruselas.
Algunos desinformados todavía creen que nuestra agricultura, la de frutas y hortalizas, es algo del pasado abocado al fracaso. Cierran sus ojos y oídos a la realidad de un sector totalmente modernizado, dimensionado para servir a cadenas de distribución de todo el mundo, tecnológicamente tan avanzado como el que más y, lo más importante, formado por empresarios, trabajadores y profesionales de enorme talento cultivado en la experiencia que da la tradición y el apego a nuestra tierra.
Invito al lector a que se de una vuelta por cualquier supermercado de España y de Europa y en la sección de frutas y verduras busque nuestros productos. Los encontrará en Tesco o Waitrose en Reino Unido, en Lidl o Edeka en Alemania, en Carrefour en Francia, en Spinneys en Emiratos Arabes, en Perekestrok en Rusia, o, por citar algunos ejemplos. Cada vez que un consumidor come nuestras ensaladas en casa, en un restaurante o en los Burger King y McDonalds de media Europa aquí se genera empleo y riqueza. Y el día que no sirvamos nosotros esos productos, ¿qué pasará? Muy fácil, lo hará otro, esbozando una enorme sonrisa mientras nos mira con soslayo. Por tanto, ¿qué nos impide defender con uñas y dientes nuestro sector de frutas y hortalizas?
Holanda y Alemania están dando pasos importantísimos para apoyar a sus agricultores, y eso que su sector agrario es mucho menor que el nuestro. Francia acaba de reducir cuotas sociales en el campo, ha aportado 1.000 millones de euros para financiar inversiones y reducir deudas, ha denunciado ante los tribunales a varias cadenas de distribución por prácticas abusivas y prepara una ley que pondrá al sector agrícola francés en ventaja competitiva frente a nosotros.
Y en España, ¿qué? ¿Sabe alguien lo que hace nuestro Gobierno por defender nuestro sector ante los problemas que antes relaté? Les pongo 3 ejemplos: (1) crea un observatorio de precios en lugar de perseguir las prácticas abusivas para fijar esos precios, (2) atrasa hasta el hastío la aprobación de fitosanitarios para que el agricultor luche contra determinadas plagas en cultivos, mientras Italia, competidor directo, dispone de esos productos desde hace un año y (3) proclama que Marruecos cumple el acuerdo comercial con la UE a pesar de que el sector demuestra que en 2008 exportó 130.000 toneladas más de lo permitido y nadie nos asegura que pagó los derechos de aduana por dicho exceso. Por supuesto que la acción del Ministerio no es solo esa, pero con ello resumo el porqué el campo español se siente en la indefensión actual y porqué hemos resuelto dejarnos la piel y el alma por defender nuestra agricultura, nuestras empresas y nuestro futuro. Nuestro verdadero anhelo es que el Gobierno de España cambie el rumbo en materia agraria y lidere la defensa real del sector en España y en Europa, y para ello sí que nos encontrará siempre a su lado.
Juan Marín Bravo
Presidente de PROEXPORT
