El director de Proexport, Fernando P. Gómez Molina, ha destacado en su análisis de 2015 el intenso trabajo realizado por los Gobiernos central y autonómico y los propios regantes para atender la urgente necesidad de recursos hídricos del sector en un año especialmente seco: “los caudales aportados por el Trasvase Tajo-Segura y los adicionales conseguidos gracias al decreto de sequía, a la depuración y al abaratamiento de agua desalada salvaron in extremis una situación muy crítica”.
Desde el seno de la Mesa del Agua, “el presidente de Proexport, Juan Marín, ha instado al Gobierno regional a no cejar en las intensas negociaciones con el Ministerio de Agricultura para poder regar en los próximos meses, así como a vigilar que la ejecución de las inversiones comprometidas en distintas infraestructuras en el Guadalentín y en el recrecimiento del embalse de Camarillas comienzan a ejecutarse con inmediatez”, recuerda.
Inestabilidad política y pacto del agua
Gómez lamenta no obstante que esos avances no hayan culminado en un Plan Hidrológico Nacional que solucionase el déficit hídrico de la Cuenca del Segura, “porque la agricultura regional precisa de firmes voluntades que no entorpezcan su desarrollo en un entorno internacional de por sí cada día más competitivo. Hay demasiados empleos comprometidos en la Región de Murcia y todo el sureste español como para que nos podamos permitir que un entorno político inestable en 2016 pueda hacer peligrar el regadío y la comercialización exterior de nuestras frutas y hortalizas. Antes de eso, el sector reaccionaría de inmediato”.
Recuerda que ya en junio la Asamblea General de Proexport solicitó a los 4 partidos con representación en el parlamento regional (PP, PSOE, C’s y Podemos) un pacto de unidad por el agua para regadío “y hoy creemos que debemos exigírselo también a nivel nacional, pues o estamos unidos en esto o no faltará quien de forma irresponsable quiera en 2016 enfrentar a los españoles en una guerra del agua”, señala Gómez.
El reto de la rentabilidad
En el acumulado de enero a octubre de 2015, la exportación española de frutas y hortalizas frescas ha crecido con relación al mismo periodo de 2014 un 7% en volumen, totalizando 10 millones de toneladas y un 14% en valor, situándose en 9.477 millones de euros, según datos de Aduanas.
Cifras positivas que, según Proexport, se verán truncadas en lo que a rentabilidad se refiere al sumar las ventas de los últimos tres meses de este año, en que las elevadas temperaturas adelantaron el ciclo de los cultivos y provocaron una sobreoferta productiva.
A PROEXPORT le preocupan especialmente los bajos precios en origen registrados desde octubre en los principales productos hortícolas exportados por la Región de Murcia: lechuga, brócoli y tomate, entre otros. “En 2016 el sector también tiene deberes que hacer: debemos abordar con determinación el reto de ajustar la producción a la demanda real, organizar mejor la producción en origen agrupando al mayor número de empresas en torno a asociaciones fuertes, denunciar y luchar contra la especulación de precios de los intermediarios y profundizar en la diversificación de los destinos de exportación de nuestras frutas y hortalizas”, indica Fernando Gómez.
Rusia, Marruecos y nuevos mercados
En 2015 la situación con Rusia y las exportaciones de Marruecos afectaron especialmente a la producción española de frutas y hortalizas. La práctica libertad de exportación de Marruecos a la UE, que introduce en el mercado europeo volúmenes cada vez mayores en coincidencia con el calendario de las producciones españolas, unido al veto de Rusia a las frutas y hortalizas europeas, propicia un mercado europeo saturado que anima la especulación de precios a la baja.
En 2016 a juicio de Proexport “el sector español debe ser muy reivindicativo con la UE para que se siente ya a negociar el levantamiento del veto ruso a nuestras frutas y hortalizas y para que controle en frontera la entrada a la UE de producciones de Turquía, a las que también afectará el veto desde el 1 de enero”.
En paralelo, Proexport apuesta por abrir cuanto antes el mercado chino, finalizar las negociaciones del TTPI con Estados Unidos y dirigir una parte de nuestras exportaciones agroalimentarias a ciertos países de Africa.
Ley de Cadena Alimentaria
A principios de 2015 entró en vigor la Ley de Cadena Alimentaria, un instrumento que según el MAGRAMA debía favorecer la equidad y transparencia en la negociación entre productor y distribuidor. Sin embargo, su nula aplicación a las ventas de exportación le resta la mayor parte de su efectividad. Según Proexport, en 2016 “son las instituciones comunitarias las que deberían arbitrar medidas severas de control a la distribución y a la intermediación alimentaria, que persigan y sancionen prácticas abusivas, ventas a pérdidas, alargamiento de plazos de pago, exigencias de pagos adicionales a los de la compraventa o la imposición unilateral con fines recaudatorios de condiciones de calidad o de envasado del producto”.
Cambios en la Consejería de Agricultura
En 2015 se produjo la polémica dimisión de Antonio Cerdá como Consejero de Agricultura y Agua tras 16 años al frente de esa Consejería. El nombramiento de Adela Martínez-Cachá para sustituirle y su continuidad tras los resultados de las pasadas elecciones regionales trajeron la renovación completa de su equipo directivo, ahora como Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente.
Figuran entre las acciones ya iniciadas en 2015 y que habrán de tener continuidad en 2016 la planificación ambiental de la Red Natura 2000, la puesta en marcha del PDR regional, el apoyo a las Organizaciones de Productores (OPs) y al asociacionismo agrario, la negociación de nuevas transferencias hídricas o el impulso a la investigación aplicada y a la innovación agroalimentaria.
El equipo anterior pilotó la consolidación de la agricultura murciana como un modelo de éxito basado en su especialización en cultivos intensivos hortofrutícolas y apoyado en estructuras empresariales modernas y muy tecnificadas. A juicio de Proexport, los retos que a partir de 2016 enfrenta el nuevo equipo son los de implantar con éxito una estrategia de innovación agroalimentaria acelerada que recupere valor para el productor en origen y gane la preferencia del consumidor, convertir a Murcia en el hub de exportación hortofrutícola del sur de Europa y concentrar la oferta productiva alrededor de estructuras productivas y comerciales dimensionadas y gestionadas para un mercado global.