Noticia publicada en noviembre de 2019.
Los regantes del Campo de Cartagena han levantado la voz para sacudirse las acusaciones que vierten contra ellos por el deterioro que ha sufrido el Mar Menor. El director general de Proexport, Fernando Gómez, recordó que «desde hace meses se están tomando medidas que incluyen desde al agricultor más pequeño hasta a la empresa o cooperativa más grande».
Los productores han tratado de esta manera de hacer frente a las críticas que han recibido y que los señalan como parte del problema que ha dejado moribundo al Mar Menor. En Proexport puntualizan que las medidas que están realizando persiguen «compatibilizar la agricultura con la protección de la laguna salada».
A pesar de los problemas surgidos y de la situación crítica que presenta el Mar Menor, los regantes y empresarios puntualizan que su objetivo siempre ha sido el de conciliar la actividad agrícola con el respeto del medio natural. La reducción de plásticos agrícolas es una práctica que marcan desde Proexport. Se realiza a través de técnicas que sirven para facilitar y acelerar la degradación de los materiales de acolchado en los cultivos agrícolas.
Proexport destaca que sus asociados están
impulsando el llamado abonado en verde
El plástico es uno de los elementos más contaminantes que existe y su entrada en contacto con el mar lo puede dañar de forma severa. Por ello, cualquier medida que vaya encaminada a su erradicación es vital para que la situación en la laguna no empeore todavía más.
Además, con la disminución de los plásticos se ahorra agua, disminuye el volumen de residuos generados durante el proceso productivo agrario y se mitigan los efectos del cambio climático.
Nutrición vegetal
Otra medida que los regantes señalan que están usando consiste en la nutrición vegetal sostenible mediante el uso de inhibidores de la nitrificación. Su uso posibilita rebajar el contenido de nitratos y evitar la contaminación de las aguas subterráneas. Al mismo tiempo, se reducen las emisiones de gases nitrosos a la atmósfera. Estas metas permiten que las aguas que puedan entrar en contacto con el Mar Menor se encuentren en las mejores condiciones posibles.
Un elemento que resulta muy contaminante es el nitrógeno. Por eso, reducir su uso implica que el medio natural sufra menos. Las aportaciones de este elemento químico, según los productores, se han reducido considerablemente en los últimos meses.
El beneficio fundamental que supone es rebajar la contaminación por nitratos de las aguas subterráneas. Los productores recuerdan que en el Campo de Cartagena está muy asentada la tecnología de la fertirrigación. Se trata de la práctica de dosificación más exacta de agua de riego y fertilizantres necesarios en cada cultivo, con lo que la posible pérdida de nitrógeno se reduce entre un 44% y un 31%, según Proexport.
Otra medida que persigue el desarrollo acompasado de la actividad agrícola con el respeto al Mar Menor es la apuesta por sistemas de retención y absorción de nutrientes. Proexport indica que el 5% de la superficie de cada explotación agraria se dedica a estos sistemas.
La implantación de setos vegetales de barrera y conservación también repercute de manera beneficiosa en la laguna porque reduce el aporte de sedimentos arrastrados por escorrentías superficiales. Otra medida tiene que ver con cambiar la orientación de las plantaciones, de forma que sigan las curvas de nivel según la orografía que presente el terreno. El gran objetivo que persigue esta práctica es evitar que se dispongan plantaciones a favor de pendiente. Por su parte, esto permite que se reduzca el aporte de sedimentos al Mar Menor que son arrastrados por escorrentías superficiales. Proexport señala que están llevanado a cabo estas prácticas, aunque hay imágenes recientes de fincas agrícolas que no siguen estas prácticas.
Aguas de lluvia
La recogida de aguas de lluvia es otra de las medidas que aplican los agricultores, según Proexport. Lo hacen mediante la implantación de estructuras que permiten almacenar el líquido en invernaderos por medio de unas cubiertas plásticas. Los expertos señalan que es importante evitar que el agua de lluvia entre en contacto con el Mar Menor debido a su composición físico-química. Al cabo de un año, se recogen por este medio entre 75.000 y 100.000 litros según la superficie.
Los regantes también apuestan por lo que se conoce como abonado en verde. Consiste en la incorporación al suelo de plantas cultivadas, principalmente cereales y leguminosas, o de otros restos hortícolas de la propia explotación. Permite mejorar la fertilidad y las propiedades físicas de los suelos de modo natural. Los asociados de Proexport también señalan que llevan a cabo un intercambio de fincas para garantizar una adecuada rotación de cultivos. Con esta práctica, se favorece la conservación de los suelos y se evita la prolongación en el tiempo de plagas y enfermedades en los cultivos.
Desde Porexport os invitamos a visitar las fincas de nuestros pequeños, medianos y grandes agricultores y empresas en el entorno del Mar Menor y comprobar lo que están haciendo en materia de sostenibilidad agronómica para que todos conozcamos y podamos promover las mejores prácticas agrarias y colaborar en la conservación del Mar Menor.