La sociedad demanda cada vez más alimentos frescos, frutas y hortalizas. A nivel mundial, España es el mayor exportador de estos productos y el octavo en cuanto a volumen de producción. De hecho, el 59% de la producción vegetal agraria española es hortofrutícola.
La agricultura es uno de los pilares fundamentales de la economía, sobre todo en comunidades autónomas como la de la Región de Murcia desde donde salen el 20% de las exportaciones nacionales del sector, en dirección principalmente a Reino Unido Alemania y Francia y es que Europa recibe el 93% de las exportaciones de frutas y hortalizas que salen de España.
Pero estas cifras no son casualidad. Los productores españoles están sabiendo aprovechar unas fortalezas que les diferencias del resto de países y que, además, son difícilmente replicables.
El clima es su principal baza, con muchas horas de sol y un terreno fértil. En el caso del sureste español esas condiciones son aun más favorables, permitiendo una producción potente incluso en época invernal.
A eso hay que sumar el conocimiento de las técnicas más apropiadas para conseguir mejores rendimientos y desde hace algunas décadas las inversiones en Innovación y Desarrollo que permiten aprovechar los recursos de una forma más adecuada y sostenible.
Es ya habitual que las empresas hortofrutícolas españolas disponga de sus propios departamentos de I+D o colaboren con Universidades y organismos científicos o ambas cosas, con el objetivo de mejorar tanto la cantidad como la calidad de sus productos. Siendo, además, capaces de hacerlo de una manera respetuosa con el medio ambiente.
En definitiva, se apuesta por el avance y se hace de la experiencia un valor añadido.