Los países comunitarios han consensuado un documento, presentado por la presidencia española de turno de la UE, con ideas para defender la competitividad de su producción agroalimentaria en el mercado interno y en el exterior.
El texto -que será aprobado formalmente el próximo martes por los ministros de Agricultura en Luxemburgo- insiste en la necesidad de asegurar en la UE “instrumentos” para ayudar a los productores a cumplir las demandas de la sociedad y de los consumidores.
Con estas conclusiones, España resume los debates sobre la competitividad agraria celebrados durante su presidencia semestral de la Unión, tanto en el Consejo de ministros como en el Parlamento Europeo ó en grupos de expertos.
Entre los países hay un gran consenso acerca de la “conveniencia de conservar el modelo europeo de producción”, considerado parte de la “herencia” de la UE Y que se caracteriza por requisitos altos de calidad, exigencias medioambientales, cualitativas ó de bienestar animal, según el documento.
Los ministros admitirán que esa forma de obtener alimentos tiene un valor añadido y supone oportunidades dentro de los mercados mundiales, pero también es un “reto” en términos de competitividad, pues es un tipo de producción más costosa.
Entre las medidas para ofrecer soluciones, la UE aboga por mejorar la promoción y la información, tanto en del mercado interno como en países terceros.
Asimismo, los países comunitarios coinciden en que es fundamental el control sanitario y fitosanitario, por parte de los Gobiernos, en las fronteras o en los lugares de destino de los productos alimentarios.
En este sentido, el texto menciona que la Comisión Europea (CE) presentará a finales de 2010 un informe sobre el grado de eficacia en la vigilancia sanitaria sobre las importaciones de alimentos, piensos, animales vivos o plantas y hará públicas, si son necesarias, propuestas para perfeccionar esos controles.
Por otro lado, las conclusiones mencionan la necesidad de mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria y las relaciones entre productores, industrias ó distribución.
También dentro del mercado interno, los ministros abogarán por: proporcionar un etiquetado adecuado al consumidor; reducir las trabas administrativas para las empresas, así como reforzar la innovación y la investigación.
En cuanto a la promoción, los ministros reconocerán, además, el papel crucial de la UE a la hora de establecer reglas internacionales y en la defensa de sistemas de calidad, como las denominaciones de origen.