Entrevista a Fernando Gómez, director gerente de Proexport en Murciaplaza.com
Fernando Gómez es un entusiasta de la agricultura regional. Destaca la variedad y la calidad de los cultivos y, en especial, la innovación que hay detrás de numerosos productos cuando salen al mercado. “A veces, hay 10 años de investigación y desarrollo detrás. Ese trabajo es crucial para que un producto tenga éxito”, subraya.
El director gerente de Proexport, la Asociación de Productores-Exportadores de Frutas y Hortalizas de la Región que representa a más de 100 empresas agrícolas con cerca de 28.000 empleados, tiene como objetivo que las empresas del sector no salgan perjudicadas por la coyuntura creada por la covid, el Brexit o el incremento de los costes de producción. Y como objetivo se plantea la apertura de nuevos mercados y seguir apostando por la innovación para diferenciar los productos regionales. “No hay nadie que lo haga mejor que nosotros”, asegura.
Las cifras de la agricultura de la Región son generosas a pesar de la pandemia y se han exportado 1,4 millones de toneladas de frutas y hortalizas en el primer semestre de 2020 con un valor económico que ha alcanzado los 1.633 millones de euros.
– ¿Cómo ha vivido este periodo tan excepcional e inesperado?
– Lo he vivido como la mayoría de gente del sector, con bastante estrés y responsabilidad. Y también con mucho entusiasmo. Desde el principio se catalogó al sector como esencial para asegurar la alimentación de la población. Le ha dado una dimensión que siempre ha necesitado el sector pero estaba poco reconocida: un sector agro fuerte nos hace también más fuertes en una situación de crisis como esta y nos permite responder de una forma más sosegada que si tuviésemos que depender el exterior.
-La agricultura ha sido uno de los sectores más importantes durante la pandemia y el confinamiento. ¿Cómo lo vivió?
– Todo el mundo lo ha visto. Ahora lo vemos muy normalizado pero en el primer momento fue una situación con enorme estrés, presión en la distribución para dar respuesta a la demanda y lo que no se vio aquí, responder a nuestros clientes del exterior. Y eso sin tener la ayuda de la administración para proteger a nuestros trabajadores. Fuimos nosotros los que respondimos rápido para hacerlo y protegerlos de la mejor forma posible. En aquel momento no hubo prácticamente contagios. Seguimos trabajando casi con normalidad.
-Salud puso de relieve hace un par de semanas que la estructura económica de la Región perjudica el control de la pandemia. ¿Se dan por aludidos?
-¿Qué otra estructura económica hubieran preferido? La estructura económica de Madrid o de Cataluña es muy diferente a la de Murcia y están teniendo muchos contagios. Son aseveraciones poco basadas en la realidad, más bien sensaciones. Lo que hay que ver es si se mantienen las medidas de protección de los trabajadores y si la gente en su tiempo libre también las cumple. La gente está en el trabajo ocho horas. ¿Y las restantes? La mayoría de la empresas agro han adoptado una serie de controles increíbles: han invertido dinero y han cambiado estructuras. Se han convertido en la gran barrera para la propagación del virus. Detectan antes que nadie y son capaces de trazar los contactos estrechos que ha habido. Esa información en manos de las autoridades sanitarias permite detener la propagación del virus. ¡Menos mal que están esas ocho horas de control! Si no estuvieran, la expansión del virus sería mucho mayor. Hay que hacer una llamada a la responsabilidad individual.
– Pero en esta la segunda ola sí se han visto varias empresas afectadas por brotes.
-Obviamente, si una empresa ha tenido que cerrar es porque no ha hecho las cosas del todo bien. Casos ha habido, va a haber más y en todos los sectores. Eso es absurdo negarlo. Pero estoy muy contento. Creo que tenemos un empresariado agroalimentario que está dando el do de pecho. Hemos tenido a 95.000 trabajadores en el sector y sólo un 0,03% se han contagiado. Sé de empresas nuestras que han tenido contagios y que gracias a sus parámetros y protocolos lo han detectado rápido y han cortado el brote. A lo mejor han tenido que poner en cuarentena a 15 personas pero otras 300 han seguido trabajando.
– Las condiciones laborales en el sector también se han señalado como un problema. ¿Hay que mejorarlas?
-Siempre se puede mejorar. Creo que hay gente de mi sector que aún tiene mucho camino por recorrer. Pero las empresas que están en Proexport son de un carácter profesional, sindicalizadas, responsables en su inmensa mayoría, y que cuentan con servicios de prevención y vigilancia a la salud. Están colaborando con nosotros en la puesta en marcha de los protocolos y hemos ido muchas veces por delante de las propias administraciones sugiriéndoles medidas y cambios. Pero nadie está libre de poder tener un contagio. Lo raro sería que no hubiera en todo el sector.
– La agricultura también está salvando los platos del empleo en la Región. ¿Seguirá así?
– En abril, si no recuerdo mal, alcanzamos esa cifra de 95.000 trabajadores. Alguna de las medidas que hemos puesto son la distancia social y poner menos gente en línea. Eso nos ha hecho que para sacar el mismo trabajo hemos tenido que contratar más personal. Eso es pérdida de productividad para el sector y más costes. Se han elevado por encima del 20%, en algunos casos hasta el 30 y 35%. El transporte ahora está al 50%, que no pasa en ninguna región de nuestro entorno, lo que afecta a la logística. ¿Hasta cuando vamos a poder soportarlas? Ya veremos. Los clientes no por ello pagan más.
-Pero los precios han subido…
-Hubo una subida inmediata al principio de la pandemia cuando todo el mundo estaba histérico y la clave era aprovisionarse. Conforme pasa el tiempo vemos una relajación y vuelve a funcionar la oferta-demanda, sin influir otras cuestiones. Nosotros no podemos influir en el PVP, eso depende de los grandes almacenes. Yo hablo del precio de salida y ahí nuestro mensaje a nuestros socios este año es claro: señores, hay que repercutir todos los costes. Si no lo hacen, se va a erosionar el sector y vamos a acabar mal. Una empresa que no produce beneficios no puede contratar mano de obra ni invertir ni innovar.
– Entonces, ¿la agricultura no ha recuperado la rentabilidad que había perdido en las últimas campañas?
-Depende del subsector. Sí ha habido una cierta recuperación pero si le preguntas a los productores de melón, por ejemplo, te dirán que la campaña en junio y julio ha sido un desastre. Sin embargo los de agosto y septiembre, te dirán que la cosa ha ido mejor. Lo que nos ha enseñado la crisis es que la regla de oferta y demanda no ha desaparecido, que es el principal factor del movimiento de precios.
– ¿Qué sectores están funcionando mejor?
-Hemos tenido de todo. La fruta de hueso ha funcionado bien, el tomate, el brócoli también. En productos de hoja tuvimos un movimiento de montaña rusa.
– ¿Y peor?
– Pues el grueso de la campaña de melón y sandía no ha sido positiva. Tuvimos mala climatología y afectó. A final de verano ha mejorado. Pero para cada productor ha sido diferente.
-¿Las expectativas de futuro que tienen son optimistas?
-La palabra incertidumbre no se ha borrado. El covid ha afectado sobre todo a los que trabajan con el canal horeca y con empresas procesadoras de alimentos. Si aquí no se reactiva o empieza a cerrarse de nuevo, los que están trabajando en ese canal van a sufrir. En cuanto a alimentación en fresco creemos que va a seguir siendo fuerte. No va a variar el modo de consumir europeo y español por la apuesta por la alimentación saludable.
-La Región exportó 1,4 millones de toneladas de frutas y verduras durante el primer semestre del año. ¿Esperan superarla?
– Creo que hay que esperar. Nosotros nos estamos moviendo por encima de los 2,5 millones de toneladas al año y unos 2.600 millones de facturación. Vamos a ver. Yo este año no me aventuro a decir nada.
-¿Temen cómo les afectará el Brexit?
-La libra está casi igual que el euro. Lo que pase en el Reino Unido es muy importante. Lo que parece que hay es un ‘no-acuerdo’. Ya ha habido una cadena de supermercados que ha salido a decir que, si no hay acuerdo, subirá la inflación y habrá desabastecimiento de algunos productos. Y creo que es coherente. Ojalá el resto del retail británico haga lo mismo. Los aranceles y costes logísticos habrá que trasladarlos a la cuenta de ventas. Y les va a perjudicar tanto a ellos como a nosotros. Por eso es necesario un Brexit con acuerdo.
-¿Hay un plan B por si no hay acuerdo y se reducen las ventas regionales?
-Para un país como el Reino Unido no puede haber un plan B. Es nuestro segundo mercado después del alemán. Podemos intentar abrir mercados como Canadá o China, aunque esta última para algunos productos nada más.
-El Banco de España alertaba de que la Región era la más expuesta al Brexit por su mayor dependencia. ¿Buscan nuevos mercados?
– Estamos por diversificar lo que se pueda pero el 90% de las exportaciones de producto fresco de España van a Europa. Es un producto con una caducidad. Y abrir mercados cuesta tiempo. Tenemos un grupo de trabajo de internacionalización y hay una serie de países, pero no depende solo de nosotros sino también de esos países porque abren el mercado por productos. Nos gustaría abrir el mercado en EEUU, sobre todo la costa este, que tiene una perspectivas de negocio muy importantes. Pero las cosas de palacio…
-¿Cómo está afectando a la agricultura la nueva Ley del Mar Menor?
-Los efectos los vamos a ver este año. Ha hecho más atractivas otras zonas de producción fuera de la Región. El campo de Cartagena se ha convertido en la zona donde es más difícil hacer agricultura moderna en toda España. Pero seguiremos haciéndolo. Nuestro mensaje es claro: la ley está y hay que cumplirla. No hay excusas.
-¿Siente que después de la pandemia el sector se ha visto revalorizado frente a la opinión pública?
-Entre la opinión pública seguramente sí. Para otros colectivos antiagro, que de forma perenne están en contra de cualquiera que plante algo en la Región de Murcia, no. Pero no hacemos otra cosa que cultivar. Y no hay nadie que lo haga mejor. Pongo a prueba a cualquiera. No hemos perdido ni un solo cliente.