Recogemos la entrevista de iAGUA a María del Mar Galindo, ingeniera de Industrias Agroalimentarias y trabajadora en la empresa familiar Agrícola Galindo, acerca de la agricultura sostenible y la evolcuión del campo para garantizar el cuidado del medioambiente.
Los jóvenes toman el relevo en el sector agrícola. La nueva generación pone el acento en la innovación, en especial en materia hídrica, sin olvidar el camino recorrido hasta ahora.
La historia familiar de María del Mar Galindo Galindo está estrechamente ligada al campo. Hija de agricultor y nieta de campesino, en 2014 se graduó en Ingeniería de las Industrias Agroalimentarias por la Universidad Politécnica de Cartagena. Al año siguiente, comenzó su andadura como empresaria agrícola en la empresa familiar Agrícola Galindo.
María del Mar Galindo Galindo describe los cambios que han llegado con el relevo generacional, además de poner el acento en la importancia del agua como recurso esencial y limitante a la hora de sacar adelante su trabajo en la compañía.
Pregunta – En primer lugar, nos gustaría conocer en detalle la actividad que realiza como agricultora en Campo de Cartagena.
Respuesta – En la empresa estamos a pie de campo mi padre, mi hermano y yo. Nos organizamos y repartimos el trabajo diariamente. Actualmente, hacemos agricultura ecológica en hortícolas y de residuo cero en cítricos. Estoy a pie de campo durante el trascurso de todos los ciclos de cultivo, y concretamente gestiono y organizo las plantaciones y recolecciones, además de encargarme de la supervisión y el control biológico de plagas en los cultivos. Un trabajo minucioso, y más cuando se trata de producción ecológica. Por otra parte, elaboro toda la documentación agronómica, cuadernos de campo, planes y balances de abonado, así como toda la documentación que gira en torno a la producción.
P. – Usted pertenece a una nueva generación de agricultores. ¿Qué cree que le diferencia de sus predecesores, y que similitudes tiene con ellos?
R. – Cuando me habla de predecesores me voy a tiempos de mis abuelos. La devoción por mi trabajo es la principal similitud, es el impulso de cada una de mis mañanas y creo que es lo que más comparto con ellos. Las diferencias residen en que tengo una visión más empresarial y con pensamiento de progresar continuamente y no caer en el conformismo. Aparte de la visión sentimental, en la práctica ha cambiado mucho: actualmente, hemos aprendido a optimizar todos los recursos que tenemos, en especial el agua, de una manera asombrosa, llegando a valorar cada gota que cae sobre nuestros cultivos. Actualmente, más del 96% de los regantes empleamos riego localizado con una alta tecnificación frente al riego por superficie de hace décadas. En cuanto a la mitigación de plagas, nuestra primera opción es el control de estas mediante la lucha biológica y disminuyendo todo lo posible la aplicación de fitosanitarios. Prácticas que mis predecesores no concebían.
P. – En este sentido, ¿cuáles son los mayores cambios que ha experimentado el campo español en estos últimos años?
R. – El mayor cambio de este sector ha sido, por un lado, darle una visión más empresarial y, por otro lado, dotarle de la capacidad de optimizar y gestionar de la manera más minuciosa posible los recursos de los que disponemos, para poder llevar a cabo la producción de alimentos con las nuevas herramientas de las que disponemos hoy en día. En los últimos años, para dar una mayor calidad y mejor servicio, el campo se ha tecnificado, y hemos sustituido labores manuales por labores mecánicas de alta precisión.
P. – ¿Qué papel tiene la conservación del medioambiente en la agricultura de hoy en día?
R. – El medioambiente y la agricultura no son en absoluto incompatibles, y es por ello por lo que estamos trabajando por una agricultura más sostenible, y por ende más ecológica, como es el caso de nuestra empresa, en la que iniciamos hace dos años la producción de alimentos ecológicos. A día de hoy, el sector está muy comprometido con la protección del medioambiente. La gestión del riego se realiza de manera que se pueda compatibilizar con un buen estado del medioambiente, y para ello se han incorporado nuevas tecnologías que permiten monitorizar los recursos y así tener un control y gestión exhaustivo de los mismos. Una buena gestión del agua va a beneficiar siempre al medioambiente y a la producción: la cubierta vegetal de nuestros regadíos que dependen del trasvase se comporta como un sumidero de carbono. Estudios de la Universidad Politécnica de Cartagena muestran que el regadío y el medioambiente son totalmente compatibles si existen las infraestructuras necesarias.
P. – ¿Cuáles son las principales innovaciones tecnológicas que emplea para optimizar el uso de agua para regar?
R. – La gestión del riego es la principal preocupación en nuestro sector. Como hablábamos antes, el agua es el recurso más básico pero a la vez el más escaso, lo que pone en riesgo la producción de alimentos. Es por ello que el sector se ha visto obligado a incorporar nuevas tecnologías para la modernización de regadíos. En nuestro caso, trabajamos con tensiómetros, sondas de humedad y drones que nos proporcionan datos que tenemos a tiempo real a nuestra disposición. Todas ellas son herramientas que nos permiten optimizar los recursos que disponemos, el más importante de todos, el agua. Somos capaces de saber en cualquier momento que necesidades tienen nuestros cultivos, y así hacer aportes que se rijan estrictamente por lo necesario, sabiendo cual es el momento adecuado y la cantidad que se debe aplicar sin pérdidas de lavado, minimizando el riesgo de afección al acuífero.
P. – ¿Cómo evaluaría la importancia del trasvase Tajo-Segura?
R. – Este acueducto es el principal suministro y sustento para que podamos trabajar día a día en la huerta murciana, más conocida como la huerta de Europa. El agua es nuestro recurso más básico, y a la vez más escaso, por lo que el trasvase Tajo-Segura es una infraestructura clave para el sector agrícola y nos ayuda a que sea un sector esencial para la economía de nuestra región, motor imprescindible a día de hoy.
Más del 96% de los regantes empleamos riego localizado con una alta tecnificación frente al riego por superficie de hace décadas
Tuve la oportunidad de leer un manifiesto basado en el futuro de nuestra región, del trasvase y del sector en la manifestación del 7 de marzo de 2018 en Madrid junto con los 50.000 regantes que allí estaban para exigir soluciones a los regadíos del Levante y dejar constancia del valor del trasvase Tajo-Segura.
P. – ¿Cómo se ha visto afectada la producción agroalimentaria durante la pandemia por COVID-19? ¿Qué medidas se han tomado para mantener la producción en estos últimos meses?
R. – Nuestro sector es esencial, y la producción ha continuado para poder garantizar el abastecimiento diario a la población a pesar del estado de alarma. Lo que hemos podido apreciar es que durante este estado de alarma han variado algunos patrones de compra, en cuanto a oferta y demanda, y este fenómeno se ha dado en un escaso periodo de tiempo, por lo que el que el campo no ha tenido tiempo de reacción para adaptarse. En el sector se han tomado todas las medidas posibles de contención, prevención y control que, junto con la disposición del equipo humano que forman las empresas, han posibilitado que continuásemos trabajando dentro de un nuevo protocolo día a día.
P. – ¿Cuáles son los mayores retos a los que se enfrenta el campo en esta situación de crisis por coronavirus y adaptación a la ‘nueva normalidad’?
R. – El gran reto de este sector es mantener la producción frente a una situación incierta y con un nuevo protocolo a la hora de trabajar. No nos queda otra opción que seguir con la producción, reinventándonos y ajustando los costes para asegurar ante todo el servicio. Desde aquí me gustaría mandar un mensaje a la población para que consuma productos nacionales; es ahora, más que nunca, cuando necesitamos estar todos a una. Dicho esto, me queda concluir esta entrevista con el lema que ha llevado nuestra empresa durante este estado de alarma: “Donde existe unidad, siempre existe victoria” (Publilius Syrus).